¿Cómo aprovechaste tus momentos de crisis? ¿Los usaste para crecer, evolucionar o victimizarte?

En los momentos de crisis personales experimentamos una transición entre lo que fue (pone en jaque nuestra comodidad) y lo que vendrá (miedo y ansiedad ante la necesidad de renovarnos). Pero es en la crisis donde encontramos nuevos caminos y oportunidades; nos exige cambios y evolución. Muchas veces el hecho externo que parece ser el detonante no es más que un revelador de algo que llevábamos mucho tiempo sintiendo en nuestro interior.

Puede que necesitemos separarnos o tomarnos un tiempo en nuestra relación, cambiar de trabajo o de modo de vida; lo siguiente es tomar las medidas necesarias para salir de la crisis. Si no podemos hacerlo solos, deberemos pedir ayuda. Este punto es el más crítico, porque es en el que muchas personas se quedan sin lograr resolverla.

Lo curioso es que el equilibrio se da luego del desequilibrio, junto con la oportunidad de crecer, y crecer significa movimiento.

Los cimientos familiares, son aquellas conductas que vimos en casa desde pequeños adoptándolas como conductas “normales” dentro nuestro. Por ejemplo, si creciste en un ambiente de gritos y el día de mañana tu jefa te grita aquello te parecerá normal, te pondrás a llorar o somatizarás. Dentro de estos cimientos existe lo que en Gestalt llamamos La INTROYECCIÓN: es aquello que hemos “tragado” sin masticar; los mensajes negativos que recibimos o aprendimos por parte de referentes emocionales cuando éramos pequeños (padres, maestros, tíos, etc.). Son aquellos ejemplos que lastiman la autoestima o el autoconcepto de la persona… “No vales nada” “Eres torpe” “Eres un perdedor” “Debes ser bueno” “No puedes” “Nunca haces nada bien”. Por lo tanto estas personas tienden a anteponer la palabra “Tengo…” “Debo…”

Parte de la terapia Gestalt se dedica a localizar estos introyectos, de manera que la persona pueda ver el mapa que lo ha guiado en su vida. Una vez tiene los patrones a la vista, puede observar cómo le han afectado y decidir si desea seguir aceptándolos o, por el contrario, quiere crear una nueva forma de vida