La presión social: juzgarnos por no vivir lo que se supone que deberíamos vivir sólo hace retrasarnos más en lo que sí se puede cambiar.

Existe una especie de presión social de que si no hemos logrado o alcanzado determinados objetivos en la vida somos juzgados. Muchas veces nosotros mismos nos castigamos por “no tener” aquello que la sociedad dicta. Es verdad que hay cosas que sólo se pueden hacer a determinada edad… ¿Y las demás? ¿Por qué nos limitamos a nosotros mismos a vivir nuevas experiencias? No todos tenemos que seguir un mismo patrón, porque cada persona es distinta. Y cada uno tiene lecciones personales (y diferentes) que aprender. No sirve de nada compararnos con otros. Juzgarnos por no vivir lo que se supone que deberíamos vivir sólo hace retrasarnos más en lo que sí se puede cambiar.

Tenemos la libertad de buscar lo que nos hace feliz, de no quedarnos estancados, de tomar otra dirección. Tenemos la libertad del movimiento.

Se vale querer vivir etapas nuevas, experimentar, equivocarse y levantarse.

Se vale desesperarse y rendirse.

Se vale cuestionarse

Se vale arrepentirse.

Este camino es sólo TUYO.